NÉSTOR GARRIDO: ANIME Y MANGA
AKIRA
¡Muy buenas!
Hoy, 15 de septiembre, os traigo uno de esos manga que marcaron época,
que definieron cotas de calidad argumental y gráfica, y que inclusa tuvo una
adaptación cinematográfica (OVA) que marcó culturalmente a media Europa.
En efecto, os estoy hablando de “Akira” del mangaka Katsuhiro Otomo,
publicado entre 1982 y 1993, llegando a ganar el autor con esta obra el premio
Kodansha en 1984. Ya por 1988 se estreno la OVA (o película animada, como
prefieren algunos), que supuso un salto cualitativo en la animación nipona. A
pesar de ser dirigida también por el autor del manga, lo cierto es que se nota
poco a poco un detrimento argumental fruto del distanciamiento de la historia
original, dado que se precisaba un final para la OVA que en el manga aún no se
había decidido, dado que aún quedaban 5 años para que este terminase.
¡Pero hablemos del manga! Podría afirmarse que la historia comienza in medias res, dado que hay un contexto
previo determinante para entender lo que ocurre, del cual nos vamos
apercibiendo poco a poco según avanza la historia.
Baste decir que los protagonistas viven en un mundo futurista (bastante
steam punk) al borde del colapso tras una guerra nuclear que devastó a las
grandes ciudades del planeta. La acción transcurre en la ciudad de Neo-Tokio,
construida sobre las ruinas de la antigua Tokio.
El gobierno ejerce un control represivo sobre la sociedad y experimenta
con niños con poderes psíquicos latentes mediante drogas y fármacos,
potenciándolos para obtener predicciones o soldados más efectivos.
Kaneda, protagonista de la historia, es el líder de una banda de
motoristas llamada “The Capsules” que permanece ajeno a esta realidad, hasta
que su amigo Tetsuo (miembro también de la banda) es secuestrado por el
gobierno y sufre los experimentos que ya hemos mentado.
A partir de ahí la vida de ambos dará un vuelvo de 180º y, con el
tiempo, toda Neo Tokyo sufrirá los cambios que desencadenarán estos hechos.
Traduciendo: ¡Un manga interesantísimo que no podéis dejar de leer!
Se
despide,
Néstor
Garrido.